Ahorrar o invertir

Si bien los dos esfuerzos comparten algunas similitudes, el ahorro y la inversión son muy diferentes. Ahorrar es como guardar tu dinero en una alcancía o en una cuenta de ahorros, donde lo mantienes seguro para usarlo cuando lo necesites, como esos ahorros que guardas para tu nueva cocina o un viaje en familia o amigos.

Por otro lado, invertir es un poco más arriesgado, pero emocionante. Es como plantar una semilla que esperas que crezca con el tiempo y te dé frutos. En vez de guardar el dinero en la alcancía, lo pones a trabajar en diferentes opciones, como fondos mutuos o bienes raíces, para que puedas cosechar ganancias en el futuro.

¿Cuándo Ahorrar?

Ahorrar es ideal para tener liquidez en caso de alguna emergencia o imprevisto. Puedes generar un saldo de ahorro en efectivo o en alguna cuenta de débito que cubra un par de meses de tus gastos regulares o de manutención. Así, siempre contarás con la seguridad de poder hacer frente a situaciones inesperadas, como un accidente o el desempleo. Si diriges una empresa, también puedes reactivar tu operación o cubrir necesidades inmediatas.

Cuando tienes metas concretas que podrías alcanzar si guardas un porcentaje de tus ingresos en un corto plazo, el ahorro puede ser una gran estrategia. Sin embargo, debes saber que existe un riesgo si te limitas a guardar tu dinero: que se devalúe con el tiempo. Frente a la inflación aumentan los precios de los bienes y servicios y, aunque el dinero de tus ahorros no irá a ninguna parte, su poder adquisitivo se deteriora. En este caso, invertir podría ser una estrategia más inteligente que solo ahorrar.

¿Cuándo Invertir?

Muchas veces cuando se habla de invertir también se habla de «poner tu dinero a trabajar». Esto quiere decir que, en una inversión, tu dinero es el que produce ganancias. Por eso, las inversiones a plazo fijo, atractiva tasa de interés y bajo riesgo pueden ser el aliado que necesitas para que tu patrimonio no pierda su valor. Pero, este no es el único motivo que determina cuándo es el mejor momento para pasar del ahorro a la inversión.

Invertir puede ser una gran opción cuando has consolidado un buen fondo de emergencia, cuando llegas a fin de mes con dinero extra o cuando puedes permitirte dejar el dinero un tiempo sin moverlo. Pero, antes de comenzar a hacerlo, es importante que conozcas los riesgos y beneficios de invertir, así como los diferentes instrumentos disponibles.

Ten en cuenta el plazo y los tiempos de cada una de tus metas

Al momento de definir tu plan financiero, es importante que definas las metas que quieres alcanzar y los plazos en los que podrías cumplir cada una de ellas. De esta manera, puedes escoger con mayor facilidad las herramientas que te permitirán acercarte a tus objetivos.

Por ejemplo, ahorrar es un método sencillo y muy efectivo para alcanzar metas que tienen plazos cortos. Por ejemplo, si tu intención es realizar un viaje fuera del país sin solicitar un crédito, un plan de ahorro bien definido podrá brindarte el presupuesto necesario sin ningún problema.

Por otro lado, invertir es un método que te permitirá alcanzar metas de plazos más largos. Por ejemplo, si inviertes en finca raíz, compras una vivienda y luego la arriendas, podrás obtener unos ingresos constantes adicionales que te ayudarán a tener finanzas más balanceadas durante largo tiempo. Todo depende de las metas que quieras alcanzar.

Analiza cuál es tu nivel de capital y qué riesgos estás dispuesto a asumir

Además de los plazos recomendados para ahorro o inversión, otro punto importante que los diferencia es el capital que usas y los riesgos que se asumen. Por ejemplo, cuando hablamos de ahorro, nos referimos a controlar con más detalle nuestros gastos y poder destinar una parte de nuestros ingresos a metas futuras. Es decir, guardar un monto, así sea pequeño, para cumplir un objetivo específico.

Ahora bien, cuando hablamos de invertir, nos referimos a poner una parte de nuestro dinero en algún tipo de iniciativa financiera que nos genere rentabilidad y represente algunos riesgos, como por ejemplo en un “Fondo de Inversión”. En la inversión no se tiene la certeza de cuánto vas a ganar por los recursos invertidos y, dependiendo de la inversión, puedes incluso no ganar algún monto adicional a lo invertido. Sin embargo, muchos instrumentos financieros hacen la promesa de generar niveles importantes de rentabilidad hace que el riesgo sea prudente en la mayoría de las ocasiones.

Para finalizar, es importante que una vez que conozcas todas las diferencias que existen entre el ahorro y la inversión, evalúes de qué manera estas opciones financieras se incluyen en tus planes. Recuerda que el ahorro tiene una menor rentabilidad, no implica ningún riesgo y está hecho para metas a corto plazo. En cambio, la inversión te brinda una rentabilidad mayor, implica riesgo y es aconsejable hacerla para objetivos a largo plazo.

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